Anoche cuatro buenos espectáculos se presentaron anoche, comenzando con la actuación de C 1080. La comparsa de Cachila Silva realizó un buen trabajo en el escenario del Collazo, con interesantes momentos. Gran trabajo coreográfico y buena puesta en escena mantienen al público atento a lo que sucede en el escenario. Lla... ves mi vida, tal el nombre del espectáculo, denota un homenaje a Carlos Soto, letrista desaparecido en 2012 y que poco antes de morir escribió un candombe con ese nombre. Es destacable la gran actuación de Lina Pacheco, en un conjunto que rindió bien y parejo.
Luego tocó el turno de la murga Garufa, un grupo nuevo pero lleno de murgueros de experiencia que tuvo una actuación por momentos dispar. Mostró en la presentación una explosión bien murguera, cantada con fuerza, así como también su salpicón. Luego la murga cae un poco en su efectividad con el humor y su comunicación con el público, hasta que Claudio Rojo, brillante como siempre, levanta con su cuplé de la Happy Card. La despedida es muy buena, aunque ayer presentó algunos desfajases corales, superados con la propia experiencia de los murgueros en escena.
Luego llegó lo más esperado por la gran mayoría del público que concurrió anoche al Collazo. Zingaros realizó, a mi entender, un muy buen espectáculo, más allá que entre publico y entendidos hubo división en cuanto a las opiniones. En lo personal creo que el conjunto muestra superación respecto incluso al espectaculo del año pasado, con recursos que, si bien los usa año a año, tienen la validez y el golpe de efecto necesarios para que un espectáculo tenga ese plus extra que este conjunto tiene. La presencia del Loco Abreu en la Platea Baja y la interacción que tiene con Pinocho Sosa, es sin duda el momento más efectivo de comunicación con el público. Las dos parodias son disfrutables, aunque la primera, Amores Brujos, es la mejor lograda. Gran vestuario, muy buena coreografía y buenas voces en lo individual y en lo coral (ésto último debe ser más explotado) redondean un muy buen año de los parodistas de Ariel Sosa. Destacar las figuras de Lorena Ifrán, Carolina Favier, Paola Garabedián, Ledys Araújo y el propio Pinocho que destacó por su performance.
Momolandia fue la encargada de cerrar la noche. Con dos puntas más que buenas, y con un medio no del todo parejo, la murga se plantó muy firme. Cantó muy bien, tiene uno de los mejores coros del carnaval con alta calidad individual que, en lo grupal termia de rendir mucho. El cuplé de la segregación es, sin duda, el momento más efectivo de humor que tiene la murga. Una hermosa bajada da un punto final redondo a la actuación de esta murga que, como la mayoría de los conjuntos que pasaron por el Teatro, tiene detalles para arreglar de cara a una segunda vuelta.
Comentarios: Diego Castro
Foto: Montevideo.com
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